La tríada de la deportista femenina es un término todavía desconocido para muchas deportistas, y es algo que todo entrenador o entrenadora personal, o cualquier deportista debe conocer.
Desde hace ya muchas décadas, el mundo del deporte cuenta con una amplia representación de la mujer, tanto a nivel de élite o profesional, como a nivel aficionado o amateur.
Si hablamos a nivel nacional, podemos nombrar a grandes deportistas que han cosechado grandes éxitos como Lydia Valentín, Mireia Belmonte, Ruth Beitia, Carmen Valderas o Arantxa Sánchez Vicario, entre muchísimas otras.
Además del deporte de élite, como decimos, el mundo del deporte aficionado también cuenta con una amplia representación de la mujer, en actividades como el running, la escalada, el trail running o todo lo relacionado con el ámbito del fitness, desde las salas de pesas de gimnasio hasta todo tipo de actividades dirigidas.
En este artículo vamos a ver qué es la tríada de la deportista femenina, cuáles son sus causas y sus síntomas, y las formas que existen para evitar que afecte al rendimiento deportivo de cualquier mujer que desee obtener resultados en su deporte favorito.
Qué es la tríada de la atleta femenina
La tríada de la atleta femenina es un conjunto de tres elementos (tríada) relacionados entre sí, y que van a influir notablemente en el rendimiento deportivo y el estado de salud de una mujer. Estos tres elementos son:
- Las disfunciones menstruales.
- Los trastornos en la alimentación.
- Las alteraciones en la masa ósea.
Estos tres elementos pueden tener una gran influencia en la salud y en el rendimiento deportivo de una mujer deportista, especialmente cuando los tres se manifiestan en un elevado grado.
Pese a la importancia del concepto de la tríada de la mujer deportista, este no fue reconocido hasta el año 1995. Sin embargo, hoy en día es algo que se tiene presente a la hora de planificar entrenamientos para las mujeres.
Causas de la tríada de la deportista femenina
El concepto de la tríada de la deportista femenina empezó a ser investigado a raíz de la incorporación masiva de la mujer al mundo del deporte, momento en el cual se empezó a observar una elevada frecuencia de lesiones, desórdenes en la alimentación y problemas reproductivos.
Si dejamos de lado el deporte de élite, donde se debe realizar un entrenamiento exigente; a nivel aficionado nos encontramos con que una de las preocupaciones de muchas mujeres que practican deporte es la reducción de la grasa corporal.
Esto lleva a que realicen cantidades elevadas de ejercicio, a que se coma poco, y a que se eliminen las grasas de la dieta creyendo que se va a maximizar la pérdida de grasa corporal de esta forma.
Este tipo de prácticas va a provocar en una mujer deportista un desajuste hormonal que va a influir en el ciclo menstrual haciendo que se suprima el flujo (lo que se conoce como amenorrea), y cuya consecuencia es, entre otras, la disminución de la masa ósea, lo cual va a favorecer el desarrollo de osteoporosis en el futuro.
El hecho de practicar ciertos deportes va a favorecer la aparición de la tríada de la deportista femenina, y estos van a ser aquellos que exigen un bajo peso corporal por una cuestión estética (muy bajo nivel de grasa) o de rendimiento deportivo.
Son algunos ejemplos todos los relacionados con el fitness, la gimnasia rítmica, las carreras de atletismo, la natación, o los deportes de fondo como el ciclismo o las carreras de media y larga distancia.
Estudiando la tríada de la deportista femenina
Un estudio llevado a cabo en escuelas de Estados Unidos (1) se encargó de investigar los factores que forman la tríada de las mujeres deportistas en las adolescentes de estas escuelas, llegando a afirmar que existía un elevado porcentaje de las mismas con posibilidades de llegar a desarrollar la mencionada tríada.
Los motivos eran los siguientes:
- Hasta un 20% de las adolescentes que formaron parte del estudio presentaban algún tipo de trastorno alimentario.
- Un porcentaje notable de las mismas presentaba algún tipo de disfunción menstrual.
De estos dos factores de la tríada femenina, un porcentaje importante de las adolescentes presentaba ambos, lo cual aumentaba notablemente las probabilidades de que en ellas apareciera la tríada.
¿Por qué se produce la tríada de la deportista femenina?
La tríada femenina se produce, generalmente, debido a los cambios erróneos en los hábitos de alimentación de las deportistas.
El hecho de querer perder grasa corporal hace que se modifiquen los hábitos de comida. Esta pérdida de grasa bien puede ser por fines estéticos, o por fines de rendimiento deportivo.
El problema en estos cambios en los hábitos radica principalmente en dos puntos:
- En reducir drásticamente el número de calorías diarias.
- En reducir de manera exagerada (o eliminar) las grasas en la dieta.
Cuando se dan estos cambios en la alimentación, el organismo femenino se va a ver resentido, creando una alteración a nivel hormonal que va a afectar al ciclo menstrual, dando lugar a la amenorrea (ausencia de menstruación). A esto se le debe añadir la práctica de deporte a niveles exigentes.
¿Qué ocurre cuando una mujer entre los 14 – 45 años padece amenorrea prolongada?
Que en su organismo se van a dar procesos similares a los de una mujer que ha entrado en la menopausia.
Esto quiere decir que se van a producir menos estrógenos, lo cual va a favorecer la pérdida de masa ósea y, con ello, van a ocurrir do cosas:
- Que durante estas edades aumente el riesgo de fractura ósea.
- Que, al llegar a la menopausia, las probabilidades de desarrollar osteoporosis sean aún mayores.
En estos casos se observa que cuando la alimentación vuelve a la normalidad, también lo hace el ciclo menstrual.
Por lo tanto, el concepto de la tríada de la deportista femenina debe ser algo a tener en cuenta por cualquier mujer que practique deporte, y especialmente por todo entrenador o entrenadora a la hora de indicar las pautas nutricionales a sus clientas.
Factores de riesgo de la tríada de la deportista femenina
Cualquier mujer que practique deporte va a ser susceptible de desarrollar la tríada de la deportista y, en especial, como ya hemos dicho, aquellas que practiquen deportes en los que se requiera un bajo peso van a estar a la cabeza.
Algo que se ha observado en mujeres que ya han desarrollado la tríada, es que su principal preocupación es mantenerse en un bajo peso, con muy bajo porcentaje de grasa corporal, ya que se asocia a una mejor estética y a un mejor rendimiento deportivo.
A esto se suman otros factores como las influencias de las modas, contenidos de redes sociales, presión por parte de entrenadores... lo cual puede acrecentar los síntomas de este problema.
El camino hacia la tríada de la deportista suele ser el siguiente:
- Reducción drástica de calorías y grasas.
- Alteraciones a nivel hormonal que llevan a una situación de amenorrea.
- Cambios en la estructura ósea, debilitándola aumentado el riesgo de fractura y del desarrollo de osteoporosis en la menopausia.
Veamos más detenidamente cada uno de estos tres puntos que forman la tríada de la deportista.
Cambios nutricionales
Lo más habitual es la reducción drástica de calorías en la dieta diaria, aunque también se observa que muchas deportistas han caído alguna vez en el engaño de las dietas milagro, las cuales prometen perder una gran cantidad de peso en pocos días o semanas.
Cualquier cambio de importancia que se desee introducir en la dieta para bajar de peso debe ser consultado con un especialista en nutrición, y en especial con los especializados en nutrición deportiva.
Las malas prácticas a la hora de alimentarse terminarán generando problemas como:
- Mal balance de electrolitos.
- Desnutrición.
- Pérdida de fuerza y resistencia.
- Aumento del tiempo de reacción.
- Pérdida de la habilidad de concentración.
- Reducción de la velocidad.
Como casos más graves nos encontramos con el desarrollo de problemas como la anorexia o la bulimia, especialmente en mujeres que han empezado a practicar deporte en la adolescencia y han sido sometidas a grandes presiones para rendir deportivamente.
Estas presiones se suelen dar en deportes donde es importante el control del peso corporal, siendo ejemplos la gimnasia rítmica, patinaje artístico, esquí, ciclismo y los deportes de resistencia.
Alteraciones a nivel hormonal
El principal problema que se va a deriva de las alteraciones hormonales de una mujer al desarrollar la tríada de la deportista va a ser la amenorrea, es decir, la ausencia de menstruación.
Para que esto pueda ser considerado un problema, debe ser algo prolongado en el tiempo, lo que quiere decir que pueden pasar meses sin que una mujer en edad fértil menstrúe. Por lo general, se suele tomar como tiempo mínimo 3 meses sin ciclo menstrual.
El ejercicio físico de elevada intensidad practicado frecuentemente, puede llegar a suprimir el ciclo menstrual de muchas mujeres deportistas, y en especial, el de aquellas que practican deportes de resistencia como la carrera o el ciclismo.
Por lo general, cuando la actividad física se reduce, o se planifican adecuadamente los periodos de descanso, se suele restablecer el ciclo menstrual, aunque debe ir acompañado de cierto aumento de peso corporal y del porcentaje de grasa si se había establecido un déficit severo.
Cuando la menstruación desaparece, se produce una reducción de la fase lútea, y esto afectará a la secreción de la hormona luteinizante.
La pulsatilidad de esta hormona se interrumpe cuando el aporte de energía se reduce en más de un 30% del requerido. Unido a esto, algunas mujeres llegan a presentar bajos niveles de estrógenos, lo cual enlaza con el siguiente factor de la tríada femenina.
La ausencia de menstruación está ligada a la desaparición del efecto protector que ejercen los estrógenos sobre los huesos. Esto hace a las mujeres más vulnerables a la pérdida de masa ósea, la cual no siempre va a ser reversible, y puede mantenerse durante toda la vida, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas.
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Cambios en la estructura ósea
Como ya hemos comentado a lo largo de este artículo sobre la tríada de la deportista femenina, los periodos prolongados de amenorrea aumentan el riesgo de padecer fracturas en los huesos.
Esto se debe a la falta de protección que ejercen los estrógenos, los cuales se reducen o desaparecen cuando una mujer es amenorreica.
Sin embargo, se debe remarcar que esta pérdida de protección de los huesos solo se va a producir cuando una deportista lleve un período largo sin menstruar, es decir, a partir de unos 3 meses.
Esta situación hará que aumente el riesgo de desarrollar procesos de osteoporosis, y con ello que aumente el número de roturas o lesiones a nivel óseo.
Algunos estudios han comparado la salud ósea de las jóvenes con amenorrea prolongada en el tiempo, con la de mujeres en etapa de menopausia, y se ha comprobado la existencia de similitudes en estos dos grupos.
Por ello, resulta de gran importancia la prevención en este sentido, ya que mujeres de 30 años puede llegar a presentar un estado de descalcificación similar al de mujeres de 60 años.
Cómo prevenir la tríada de la deportista femenina
A la hora de prevenir la tríada de la mujer deportista va a ser fundamental tener en cuenta una serie de aspectos y, en especial, cuando se trate de deportistas jóvenes.
Lo principal va a ser establecer unas pautas nutricionales adecuadas, para lo cual se debe contar con el consejo de especialistas en nutrición, y huir de las dietas milagro u otras recomendaciones sin fundamento.
Se deben evitar las restricciones calóricas desmesuradas, y las grasas deben formar parte de la dieta en la medida adecuada, pero nunca deben llegar a desaparecer por completo.
Por otra parte, y también de gran importancia a la hora de prevenir la tríada de la mujer deportista, es fundamental detectar alteraciones a nivel psicológico en la deportista que puedan llevar a la disminución de la ingesta de alimentos.
En este punto tienen relevancia todas las figuras que rodean a la mujer, desde su familia y amistades, hasta los profesionales que se encargan de su entrenamiento y cuidado, como los entrenadores, médicos, nutricionistas, fisioterapeutas...
Desde el punto de vista de un profesional que se encarga del entrenamiento de una mujer, es necesario hablar con la deportista para conocer cuáles son sus preocupaciones e inquietudes, y así poder detectar cualquier indicio que pueda indicar que se está desarrollando la temida tríada.
Además, se deben conocer detalles como:
- Horas al día de entrenamiento.
- Si se padece alguna alteración a nivel nutricional.
- Las cantidades de alimentos que se come (balance macronuticional).
- Sus alimentos preferidos.
- Los alimentos que elimina de la dieta y el motivo de ello.
- Si ha sufrido o sufre amenorrea, o algún otro trastorno menstrual.
En los casos en los que la tríada ya esté presente en la mujer deportista, se deberá tener en cuenta una serie de aspectos:
- Aumentar el aporte calórico de manera gradual
- Aportar complementos nutricionales, lo cual ayudará a asegurar el aporte de calorías y de nutrientes
- Aportar vitaminas y minerales, incluso en forma de suplementos, en función de las deficiencias que se hayan detectado.
- Recomendar técnicas de relajación para facilitar el restablecimiento de la menstruación.
- Jeanne F Nichols, Mitchell J Rauh, Mandra J Lawson, Ming Ji, Hava-Shoshana Barkai. Prevalence of the female athlete triad syndrome among high school athletes. Arch Pediatr Adolesc Med. 2006